Su Arquitectura por lo general es de planta circular u oval, de entre diez y veinte metros de diámetro, con paredes de piedra y cubierta por un tejado cónico, formado por tallos de centeno.
Destinada en parte a vivienda y en parte a cuadra para el ganado vacuno. Su estructura era ideal para resistir los crudos inviernos.
Su origen es prerromano, presumiblemente celta. La pallozas tienen similitudes con las casas redondas de la Edad del Hierro de Gran Bretaña o con las edificaciones del Castro de Chano en el municipio de Peranzanes, El Bierzo). Como nota anecdótica cabe indicar que el poblado de Astérix, el galo, está compuesto, en parte, por pallozas.
El caserío vasco:
Un caserío es un tipo de hábitat rural, de construcción tradicional, originaria del norte , principalmente en la zona del País Vasco, Navarra y sur de Francia. También se encuentran caseríos en el norte de Soria y Palencia así como en Cantabria y Asturias.Su construcción es en piedra, en forma de casa aislada, y puede alcanzar los 15 metros de altura. Suele disponer de una planta baja en la que se instalaban graneros, establos y demás dependencias agrícolas, y de una o más plantas elevadas que servían de vivienda.
El tamaño de su planta suele ser considerable, pues en ellos solían convivir todos los miembros de una familia, junto con el ganado y los pastos recolectados, que se situaban en dependencias integradas en la misma construcción.
Típicamente, el tejado es longitudinal y a dos aguas, techado con tejas. Las plantas bajas están construidas de sillería o aparejo, mientras que las plantas altas -donde típicamente se sitúan los habitáculos- pueden ser de sillería, aparejo o algún material más ligero (entramados de madera, ladrillo,...). Suele contar con una entrada en arco que da paso a un pórtico abierto. Desde él se tiene acceso a la zona de vivienda, típicamente situada en la planta de arriba, y a las demás dependencias de la casa.
Los cortijos andaluces:
Cortijo es el tipo de habitat rural propio de la zona meridional de España. Consta de zonas de vivienda y otras dependencias para la explotación agrícola de un extenso territorio circundante. Su modelo original es la hacienda y casa de labranza propias de la Andalucia bética, cuyo apogeo se dio en el siglo XVIII; de modo que es muy usual la expresión "cortijo andaluz"; aunque el término "cortijo" se usa, por extensión, para las formas similares de hábitat rural disperso en Andalucía, La Mancha y Extremadura.
Sus edificios (más o menos grandes, con muchas o pocas dependencias, dependiendo del tipo de explotación) se encuentran aislados en el campo, muy alejados de las localidades donde se concentra la población (en esa zona, grandes pueblos o incluso agruciudades). El gran tamaño de las propiedades agrícolas las sitúa en el ámbito del latifundio, y explica buena parte de las características socioeconómicas que se desarrollaron durante los siglos XIX y XX.
Las barracas valencianas:
Las barracas, básicamente, son construcciones pequeñas, con tejado de paja a dos aguas y en las que vivía toda la familia en dos dormitorios. Entre ellos hay un espacio dedicado a la cocina (solamente en invierno, en verano se guisaba fuera). Una pequeña mesa y unas sillas terminaban los escasos enseres de la "barraca". Es de destacar la novela "La Barraca". Una puerta principal y detrás otra que daría al corral, aparte de las ventanas que se pudieran hacer, terminaría la planta baja en la barraca.
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